Una anomalía invisible: ¿por qué el termómetro miente?
Miras el termómetro. Marca 22 grados. El sistema de climatización funciona. Sin embargo, en la parte baja del almacén, el aire está frío. En el techo, el calor se acumula. Parece contradictorio, pero no lo es. El aire caliente sube y se queda en las partes altas del edificio. El frío, más denso, se queda abajo. Así funciona la estratificación del aire.
Este fenómeno no se ve, no se oye, pero se nota. Drena energía, reduce el confort térmico y provoca un uso ineficiente de la climatización. A menudo se detecta tarde, cuando ya ha generado pérdidas económicas o quejas del personal.
Entendiendo la estratificación del aire: ¿por qué el calor sube?
La estratificación térmica es un efecto físico natural. Cuando el aire se calienta, su densidad disminuye. Al ser más ligero, asciende. En un espacio cerrado, sobre todo si es alto, ese aire no se dispersa: se queda en el techo. El frío permanece abajo. Si no hay circulación vertical, se crean capas con diferencias de temperatura muy marcadas.
Este gradiente puede alcanzar fácilmente los 10 °C en una nave industrial con techos de más de 10 metros. Un metro de altura puede suponer hasta un grado de diferencia. Y cuando hay estanterías, maquinaria o zonas sin ventilación, el efecto se acentúa.
La estratificación térmica en cifras
Hablar de este fenómeno con datos ayuda a tomarle la medida. En espacios de gran altura:
- La diferencia de temperatura entre el suelo y el techo puede superar los 10 °C.
- Cada grado de aumento en la consigna del sistema HVAC puede incrementar el consumo energético en torno a un 8 %.
- La climatización mal gestionada por estratificación puede generar pérdidas del 30 % al 40 % en eficiencia energética.
Además, los trabajadores sienten disconfort térmico. Los productos termosensibles pierden estabilidad. Y los costes operativos suben sin mejorar el rendimiento térmico del espacio.
¿Quién sufre más? Tipos de espacios donde el fenómeno se agrava
La estratificación del aire afecta especialmente a edificios de gran volumen. Pero el impacto no es igual en todos los sectores:
- Centros logísticos: zonas inutilizables por frío, pérdida de confort, dificultad para mantener temperatura constante.
- Industria alimentaria y farmacéutica: riesgo de incumplir normas de conservación térmica.
- Talleres o almacenes industriales: disconfort en los operarios, malgasto de energía, reducción de productividad.
- Ganadería intensiva: animales jóvenes sufren frío aunque el sistema de calefacción esté encendido.
- Instalaciones deportivas: sensación térmica desigual entre pista y graderíos.
Cuanto más alto el recinto y menos circulación vertical haya, mayor será la estratificación térmica.

Cómo afecta a tu factura energética (y a tu sostenibilidad)
La estratificación no solo incomoda. Cuesta dinero. Mucho. Al quedarse el aire caliente en el techo, los sistemas de calefacción deben producir más calor para que algo llegue al suelo. El problema se retroalimenta: cuanto más se calienta, más sube el aire caliente.
Esto tiene dos consecuencias:
- El sistema trabaja más tiempo y con mayor potencia.
- Aumenta el gasto energético sin mejorar el confort.
Además del coste económico, hay un impacto ambiental directo: mayor consumo eléctrico, mayor huella de carbono, menor sostenibilidad.
Diagnóstico: cómo saber si tienes estratificación térmica
No hace falta instrumental técnico para detectarla. Hay signos claros:
- Diferencias de temperatura entre el techo y el suelo superiores a 2 o 3 grados.
- Quejas habituales de frío en zonas bajas aunque el sistema esté en marcha.
- Necesidad de ajustar la climatización muy por encima (o por debajo) de lo normal para conseguir comodidad.
Para comprobarlo, coloca un termómetro a ras de suelo y otro a dos metros o más. Si la diferencia supera los tres grados, hay estratificación del aire.
Qué no funciona: errores habituales al intentar resolverlo
Uno de los errores más comunes es intentar resolver el problema aumentando la potencia de la climatización. Esto no soluciona la causa. Solo gasta más. Otro fallo habitual es instalar ventiladores de pie o calefactores portátiles que mueven el aire de forma local pero no lo mezclan verticalmente.
Tampoco basta con introducir más aire por rejillas o difusores. Si no se produce un movimiento vertical del aire, las capas térmicas se mantienen. Y el problema persiste.
Desestratificar el aire: una solución eficaz y escalable
Lo que hace falta no es más calor. Es mezclar el aire. Conseguir que el aire caliente del techo baje y se mezcle con el del suelo. Eso es desestratificar.
La forma más eficiente de hacerlo en grandes espacios es mediante ventiladores HVLS (High Volume Low Speed). Son ventiladores de gran diámetro que giran lentamente. No generan corrientes molestas ni turbulencias. Mezclan el aire de forma suave y continua, sin levantar polvo ni alterar el ambiente.
Con ellos:
- Se reduce el gradiente térmico.
- El sistema HVAC trabaja menos.
- El confort térmico mejora.
- El ahorro energético puede llegar al 35 % anual.
Y todo esto se consigue sin grandes reformas, ni inversiones complejas.
De la teoría a la práctica: cómo Smart Fan soluciona la estratificación térmica industrial
En Smart Fan llevamos años trabajando con empresas que necesitaban resolver este problema. Hemos diseñado soluciones de ventilación industrial con ventiladores HVLS pensadas para desestratificar el aire en entornos complejos: naves, almacenes, centros de producción, instalaciones deportivas o explotaciones ganaderas.
Nuestros ventiladores están pensados para actuar allí donde el sistema de climatización no llega. Y lo hacen con un consumo mínimo, sin mantenimiento y con garantía de por vida.
Si quieres conocer más sobre cómo eliminamos la estratificación del aire en espacios industriales, entra en nuestra sección dedicada a desestratificadores de aire.
También puedes ver el vídeo y la imagen del caso real que acompaña este artículo, donde se muestra cómo cambia una nave antes y después de aplicar esta solución.




