Trabajar en condiciones de calor extremo no solo es incómodo. Puede llegar a ser peligroso. En entornos industriales, logísticos o agroalimentarios, donde las temperaturas y la humedad se combinan con esfuerzo físico y poca ventilación, el riesgo de sufrir estrés térmico es más real de lo que parece.
Pero… ¿cuándo se considera que hay estrés térmico realmente? ¿A partir de qué temperatura? ¿Y cómo saber si está afectando ya a tus empleados?
Este artículo responde con claridad a estas preguntas y ofrece soluciones prácticas para proteger la salud de los trabajadores y mantener el rendimiento en tus instalaciones.
¿Cuándo se considera estrés térmico en el entorno laboral?
El estrés térmico aparece cuando el cuerpo no puede disipar el calor que acumula. Esto puede deberse a las condiciones del ambiente (temperatura alta, humedad, falta de ventilación), al tipo de actividad (esfuerzo físico) o al uso de ropa que impide eliminar el calor (como los EPIs).
En términos generales:
- A partir de los 38°C de temperatura corporal, el cuerpo empieza a entrar en desequilibrio térmico.
- Si se alcanza o supera una temperatura central de 40°C, el riesgo de daño físico grave, e incluso de muerte, es muy elevado.
- Ambientes laborales con más de 30-33°C sostenidos, especialmente con alta humedad y esfuerzo físico, se consideran críticos.
Por tanto, no se trata solo de la temperatura ambiente, sino de cómo se combina con otros factores.
Factores que aumentan el riesgo de estrés térmico
Saber si estás en una situación peligrosa requiere evaluar el conjunto de variables. Estas son las más importantes:
- Temperatura del aire: a partir de 30°C el riesgo empieza a escalar si no hay medidas de control.
- Humedad relativa: cuando supera el 60%, el sudor se evapora peor, y eso bloquea el principal mecanismo de enfriamiento corporal.
- Ventilación: si el aire está estancado, el calor se acumula más rápido.
- Ropa o EPIs: prendas gruesas o no transpirables dificultan la disipación del calor.
- Esfuerzo físico: a mayor carga de trabajo, más calor interno genera el cuerpo.
- Duración de la exposición: incluso una temperatura moderada puede ser peligrosa si se mantiene durante muchas horas.
- Condición del trabajador: personas mayores, con sobrepeso, con enfermedades cardiovasculares, o que no están aclimatadas, corren más riesgo.
¿Cómo saber si el estrés térmico ya está afectando a tus empleados?
Estas son algunas señales de alerta que indican que el cuerpo está sufriendo por el calor:
- Sudoración excesiva y persistente
- Dolor de cabeza, mareo o debilidad
- Calambres musculares
- Sensación de desorientación o fatiga repentina
- Náuseas o vómitos
- Pérdida de conciencia o colapsos
Si el ambiente es caluroso y aparecen estos síntomas, hay que actuar inmediatamente. No esperar a que se convierta en un golpe de calor.
Sectores más expuestos al estrés térmico
Aunque puede darse en cualquier lugar, estos entornos son especialmente vulnerables:
- Naves industriales y centros logísticos con techos altos y escasa ventilación
- Fundiciones, hornos, lavanderías industriales
- Plantas agroalimentarias y conserveras
- Invernaderos y almacenes en zonas cálidas
- Talleres de automoción
- Obras de construcción, agricultura, ganadería
En estos espacios, el calor no es solo una molestia, sino un riesgo que puede afectar a la salud, al rendimiento y a la continuidad de la actividad.
¿Qué consecuencias puede tener el estrés térmico en tu empresa?
El calor excesivo no solo afecta al cuerpo. También afecta al negocio.
- Reducción del rendimiento: trabajadores fatigados rinden menos y cometen más errores.
- Incremento de las bajas laborales: muchas veces pasan desapercibidas, pero son derivadas del estrés térmico acumulado.
- Accidentes laborales: el calor reduce la atención y aumenta la probabilidad de fallos.
- Problemas legales y normativos: la normativa de prevención exige medidas frente al calor cuando se considera un riesgo.
Por tanto, ignorar los síntomas o no actuar a tiempo tiene un coste directo en seguridad, productividad y cumplimiento.
Soluciones efectivas para evitar el estrés térmico en tu nave industrial
La buena noticia es que el estrés térmico se puede prevenir. Y en muchos casos, con medidas simples pero bien aplicadas:
A nivel organizativo
- Planifica las tareas más pesadas en las horas más frescas del día.
- Establece pausas en lugares ventilados y sombreados.
- Fomenta la rotación de trabajadores en zonas más expuestas.
- Ajusta los horarios en días de ola de calor.
A nivel individual
- Fomenta la hidratación constante, incluso sin sensación de sed.
- Informa a los trabajadores sobre los síntomas del estrés térmico.
- Proporciona vestimenta adecuada, transpirable y ligera.
A nivel técnico
- Ventila tus instalaciones de forma eficiente.
- Instala sistemas que reduzcan el gradiente térmico y distribuyan el aire de manera homogénea.
- Utiliza tecnologías como los ventiladores industriales HVLS, que mueven grandes volúmenes de aire a baja velocidad, reduciendo hasta 6°C la sensación térmica y controlando la humedad del ambiente.
Estos ventiladores no solo mejoran el confort térmico. También disminuyen la carga sobre los sistemas de climatización, reduciendo el consumo energético y la huella de carbono.
Si el calor ya es un problema, no esperes a que sea una emergencia
El estrés térmico no avisa con un cartel. Llega poco a poco, y cuando da la cara, puede ser demasiado tarde.
Por eso, es clave saber cuándo se considera que hay estrés térmico y tomar medidas antes de que el cuerpo diga basta.
En Smart Fan ayudamos a empresas como la tuya a identificar riesgos, optimizar la ventilación y diseñar soluciones a medida. Si necesitas mejorar el confort térmico en tu instalación, estamos aquí para ayudarte.
